Cada año el equipo de topV!AJES recorre el mundo en busca de esos rincones que prometen convertirse en las estrellas para los turistas. Desde playas paradisíacas hasta ciudades vibrantes, pasando por escapadas de naturaleza y tesoros culturales. Tras infinitas aventuras, hemos seleccionado los destinos favoritos del 2024 para el equipo de topV!AJES.
Con la experiencia de nuestros viajeros, hemos creado esta lista con una mezcla de tendencias emergentes y clásicos renovados, para inspirar las próximas aventuras. Descubre por qué estos lugares nos cautivaron y qué los convierte en paradas imprescindibles para quienes buscan algo más que un simple viaje. ¡Haz las maletas y acompáñanos en este recorrido!
Hernando Reyes, director: OMÁN
Más de 60 despegues y aterrizajes en 2024. A eso se sumaron autovías serpenteantes, ferries crujiendo en aguas serenas, trenes que cortaban paisajes efímeros y barcos que parecían flotar en el tiempo. Mis andanzas viajeras trazaron un mosaico de periplos que se desplegaron por diversos países y ciudades, dejando su huella en las páginas de nuestra revista. Desde la quietud bucólica del campo español hasta las imponentes cumbres alpinas. Desde las vibrantes costas del Pacífico mexicano hasta las islas Baleares y Canarias, pasando por la apacible dehesa del Alentejo portugués o el intrigante desierto de Omán. Surqué el océano Índico y las aguas cristalinas del lago Lucerna, y me dejé llevar por el curso de ríos europeos que parecían narrar historias en su fluir. En cada destino, me nutrí de culturas, tradiciones y fragmentos de historia que reafirmaron una pasión personal: mi conexión inquebrantable con el agua, en cualquiera de sus formas y estados. Y eso pude confirmarlo en Nueva York soñando despierto mientras mi mirada se perdía en las aguas de color plata del Hudson… Sin embargo, si tuviera que nombrar mi destino favorito de 2024, mi elección sería clara: Omán. Ese rincón que los antiguos geógrafos llamaron la «Arabia Fénix», situado en pleno corazón del Golfo Pérsico. ¿Por qué Omán? Quizás porque encarna los encantos de Oriente en su estado más puro, fusionando la serenidad del mar, la majestuosidad de las montañas y la vastedad hipnótica del desierto. Este país, conocido como la “Suiza de Oriente Medio”, ha logrado un milagro raro en estos tiempos: conservar su esencia. Omán no sucumbe a la masificación turística ni pierde su identidad en el vértigo de la modernidad. Su alma permanece intacta, abrazando la tradición y exaltando un patrimonio que cuenta historias en cada rincón. En menos de medio siglo, este territorio ha dado un salto desde la Edad Media hasta el siglo XXI, con una elegancia discreta que solo refuerza su autenticidad. Me adentré en las entrañas de la nación árabe más antigua para encontrar un país que ha hecho de la neutralidad su bandera en una región marcada por tensiones. Omán es un enclave sereno, habitado por ciudadanos afables que se deben al comercio, al desierto y al mar. Una tierra que destila autenticidad, ese concepto tan esquivo en los tiempos de una globalización sin filtros y que siempre he defendido como un valor irrenunciable. Todos mis vítores a Omán.
Pilar Ortega, redactora jefa: SANTANDER (ESPAÑA)
2024 nos ha regalado ricas experiencias que, esperemos, nos hayan hecho un poco mejores. En mi caso, comencé el año en ‘la tierruca’, en Santander, mirando a esa bahía que dicen que es la más bonita del mundo. Y el 30 de diciembre, mientras escribo estas líneas, me encuentro, curiosamente, en el mismo sitio, en la capital cántabra, junto a la playa de los Peligros y con la vista puesta en Peña Cabarga, en esas montañas mágicas que tanto enamoraron a Pérez Galdós y Gerardo Diego. Ha sido para mí, por razones personales, el destino recurrente de 2024. Y es que, en ocasiones, apetece pisar terreno ya conocido para profundizar, descubrir perspectivas y aprender que siempre quedan paraísos pendientes para la siguiente vez. Sin embargo, cuando las mariposas se adueñan de la tripa es cuando llegamos a un terreno virgen. En mi caso, he descubierto Valonia, la región más desconocida de Bélgica, donde la cerveza es sagrada, y he regresado a Suiza, concretamente a la región de Interlaken, donde por primera vez me he subido en parapente y he sobrevolado, como un pájaro, las montañas y los lagos azules de este país alpino. ¿Me he vuelto loca? No, pero a veces toca ser valiente, sobre todo si hay razones poderosas para lanzarse al vacío. Gracias, Victoria. Tú sabes por qué. Y es que cada viaje es un trozo de vida para soñar, exprimir y saborear.
Javier Mateo, director web: ACAPULCO (MÉXICO)
Pedro Madera, colaborador: SICILIA (ITALIA)
Ir, regresar, recordar y añorar. La memoria gustativa paga sus tributos en Sicilia porque se toman la cocina muy en serio. Nadie lo duda. Y si alguien lo pone en cuarentena, ahí está el dato erudito que nos sirve para (tal vez) quedar bien en una conversación sobre el tema. ‘El arte de cocinar’, el primer libro de gastronomía que se conoce, se debe a un tal Mithaecus, de la siciliana Siracusa que, allá por el siglo V a.C. ya se preocupaba por lo bueno que había que llevarse a la boca. Era un cocinero tan famoso que el mismísimo Sócrates habla de él . En la Edad Media, los chefs sicilianos eran muy apreciados en las cortes reales europeas. Por eso, para mí, cada viaje a Sicilia es una fiesta. Dame un vuelo y te relleno la agenda. Ahora la cocina siciliana sabe sacar lo mejor de lo que tiene en cualquier momento. Y es que ha sabido unir los productos típicos italianos –la pasta, el aceite, la salsa de tomate y las verduras- a los ingredientes mas destacados de la isla –el pescado, las aceitunes, los piñones…). Y hacer que siempre recuerde y añore esos ricos platos ‘made in Sicilia’.
Esther Rodríguez, colaboradora: LIECHTENSTEIN
Este año que está a punto de exhalar sus últimos suspiros me ha regalado grandes aventuras y travesías que me han trasladado por todo el globo. Hay destinos que se han quedado atrapados en mi retina para siempre como el paradisíaco Belice, uno de los países más desconocidos del mundo en Centroamérica; la glamourosa Acapulco (México), cuya alma te atrapa para siempre; Carcassone (Francia), con su trepidante y convulsa historia y Liechtenstein, mi gran descubrimiento de 2024. Este Principado centroeuropeo es uno de los países más escondidos, desconocidos y ricos del mundo. De nombre impronunciable, este país alpino es el preludio de un territorio donde todo es tan asombroso como novedoso. Con apenas 160 kilómetros cuadrados y cuarenta mil habitantes, aquí se respira la mayor calidad de vida del planeta. Los imponentes Alpes le confieren un áura bucólica a este microestado escondido entre Austria y Suiza. Sus laderas, tapizadas de viñedos centenarios, son el escenario perfecto para los amantes de la aventura y los deportes de montaña. Aquí se viene también a disfrutar de una exquisita gastronomía gourmet regada con grandes vinos producidos ‘in situ’. Su capital, Vaduz, también de tamaño liliputiense, es conocida por los locales como la pequeña ciudad y posee una gran relevancia financiera internacional, así como gran cantidad de museos y galerías de arte en su calle principal. Dominando una colina, el castillo de Vaduz es su postal más emblemática y también el símbolo de la urbe. Mientras espero con ilusión las aventuras que 2025 me depare, hago mías las palabras del insigne explorador marroquí Ibn Battuta: «Viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias».
Eugenia Rico, colaboradora: SHANGRI-LA
Este ha sido el año en el que descubrimos que todos somos islas navegando a través del número especial consagrado a las Baleares y a las Canarias y haciendo una parada en Mallorca, una isla para comérsela , el año en el que hemos podido hacer el viaje de los Reyes Magos en Málaga y alojándonos en La Fonda Heritage, el año en el que subimos a la montaña en la que nunca hubo guerra y seguimos al viajero del tiempo a Les Pardines en Andorra, y el año en que pudimos disfrutar del magisterio de Claudio Staderini en Il Danieli y del Festival de Cine de Venecia con más estrellas que en el cielo, y ser extranjeros en todas partes menos en la Biennale de Venecia, el año en el que descubrimos que Roma al revés es amor pero sobre todo el año en el que hemos descubierto el emplazamiento exacto de Shangri-la, mi destino favorito en 2024, y es que el paraíso secreto en el que nadie envejece porque el tiempo no existe y es que este año he descubierto que Shangri-la, como el Aleph, está en París, en el número 10 de Avenue d’Iena, en el Paris de Cortázar y de César Vallejo, en el que la Maga descubre un universo secreto donde habita la mejor vista de la Tour Eiffel del Mundo, y un hotel que no vende habitaciones, sino sueños. Un lujo que es el tiempo y el silencio y el espacio. Un hotel que no es un lugar sino un refugio. En el corazón de París, pero oculto a la vista. Siempre nos quedará París, no sólo porque París era una fiesta, sino porque es un lugar al que volver. Por eso el Hotel Sangri-La Paris que en realidad es el palacio del último emperador de Francia y del Príncipe Rolando Bonaparte con la sala de baile más hermosa de Paris y su restaurante chino con estrella Michelin considerado el mejor de Europa para comida asiática, ha sido el descubrimiento de este año lleno de sorpresas, en el que como en el Gatopardo todo ha cambiado para que viajar siga siendo la única manera de seguir vivos.