Calatayud celebra con entusiasmo las fiestas de San Roque, una tradición que une devoción y alegría en cada rincón de la ciudad. Aunque San Íñigo Abad es el patrón oficial, San Roque, junto con Santa Teresa de Jesús y la Virgen de la Peña, es copatrón y motivo central de estas festividades.
El momento culminante es la romería que se realiza la madrugada del 15 al 16 de agosto. Los fieles suben a la ermita de San Roque, tocan la campana y recitan los gozos en honor al santo, culminando con una chocolatada que, aunque de origen incierto, es tradición desde el siglo XIX. Se dice que el cercano Monasterio de Piedra fue pionero en Europa en el arte de hacer chocolate, y desde entonces, este manjar ha sido parte esencial de la cultura local.
La alegría de las peñas
Las diez peñas de Calatayud, con nombres tan singulares como La Bota o Los que Faltaban, son el corazón de la fiesta. Con más de 6.000 socios, organizan eventos, conciertos y espectáculos durante las celebraciones. Uno de los momentos más esperados es la elección del “Peñista del Año,” un reconocimiento a quienes encarnan el espíritu festivo. Este año, Carlos Navarro Garrido fue el elegido, un bilbilitano de pura cepa que ha vivido la fiesta desde niño.
Sabores de la fiesta
Las celebraciones son también un festín para los sentidos. Antes del chupinazo que marca el inicio de San Roque, ya hay un ‘Vino de honor’ para abrir boca, seguido de vermús, raciones, paellas y platos típicos como las patatas bravas y los “fardeles.” En los restaurantes locales, la gastronomía de Calatayud brilla con especialidades como los garbanzos con congrio y las migas aragonesas.
La diversión continua
La fiesta no para. Desde el chupinazo y la bajada de la Rúa hasta las charangas, vaquillas y eventos musicales, cada día es una nueva oportunidad para disfrutar. Actos multitudinarios, conciertos y las travesuras de los autos locos hacen que cada rincón de Calatayud vibre con energía y buen humor. Desde 1994, estas fiestas son de Interés Turístico Regional, y ahora buscan el reconocimiento nacional.
Historia y cultura en cada esquina
Calatayud, con su rico patrimonio, es el escenario perfecto para estas fiestas. Sus cinco castillos de origen árabe, casas señoriales y palacios renacentistas son solo parte de su legado. El casco histórico, con su impresionante arquitectura mudéjar, invita a los visitantes a explorar joyas como la Colegiata de Santa María y la iglesia de San Andrés. Además, el Museo de Calatayud ofrece una mirada a la antigua Bilbilis, uno de los yacimientos romanos más importantes de Aragón.
Visitar Calatayud durante las fiestas de San Roque es sumergirse en una experiencia única donde la tradición, la fiesta y la hospitalidad se entrelazan en un marco espectacular.