Caballeros templarios con capas blancas y cruces rojas llenan las calles de Monzón (Huesca), donde resuenan justas, mercados medievales, teatro callejero, desfiles, danzas y conciertos. El evento, reconocido como de Interés Turístico de Aragón, permite participar en talleres, carreras de obstáculos o concursos de disfraces.

La festividad en Monzón conmemora la estancia de Jaime I, El Conquistador, entre 1214 y 1217, bajo la tutela de la Orden del Temple y su comendador Guillem de Mont-Rodón. Este periodo fue crucial para el futuro monarca aragonés y para la ciudad, que se erigió como un centro neurálgico del reino. Criado en el castillo de Monzón junto a su primo Ramón Berenguer de Provenza, estos años marcaron su camino hacia la realeza.

Durante los tres días de festividad, momentos memorables incluyen la recepción del rey Jaime por el Concejo en la Plaza Mayor, donde la nobleza aragonesa le jura fidelidad. En el castillo, el evento «El infante Jaime es presentado a la encomienda del temple de Monzón» simboliza su conexión con los templarios en la Sala Capitular. Asimismo, «1217. Despedida del rey Jaime I» marca su partida, sentida con afecto por los habitantes de la villa.

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El mercado medieval, epicentro de la fiesta, ofrece cerca de cien puestos con artesanías, joyas y manjares antiguos. Se recrea un campamento medieval con exposiciones de armas y vestimenta, revelando la vida civil y militar de la época. Talleres de cobre, música, cestería y cocina medieval entretienen a niños y adultos por igual. La gastronomía local como longanizas, morcillas y los dulces «Templarios» son deleites para el paladar. Con más de cien participantes, la celebración sumerge a todos en el pasado glorioso de Monzón.

Abanico de construcciones históricas

El enclave de Monzón para la celebración es magnífico, con su casco histórico y edificios emblemáticos como el Ayuntamiento, la Casa de Pano, el Palacio de los Luzán y la Casa de Zazurca. Destacando sobre todo, el imponente castillo sobre la colina, datado desde el siglo IX y declarado Monumento Nacional. Este castillo fue la principal encomienda templaria de la Corona de Aragón y la residencia educativa de Jaime I, hoy en día un Centro de Interpretación sobre los templarios. La concatedral de Santa María del Romeral, de estilo románico, también resalta en el paisaje.

 

 

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