El Añadío es un pintoresco hotel donde sus dos argumentos principales son el caballo y el toro. Estamos en el corazón de la Sierra de Jaén. Es la dehesa donde desde mediados del siglo XIX, sucesivas generaciones de una misma familia se han dedicado a su gran pasión, la cría de ese maravilloso animal que es el toro bravo.
No ha sido fácil llegar hasta aquí pero nuestro Jeep nos ha llevado con facilidad y ha merecido la pena. Estamos en el término municipal de Vilches, provincia de Jaén, al nordeste de Andalucía. Se puede llegar a la finca a través de su camino rural, practicable para todo tipo de vehículos, al cual se accede desde el km 11,9 de la carretera autonómica A-301, de La Carolina a Úbeda.
Un lugar delicioso, cerca de todo y alejado de lo cotidiano. En realidad, para decir dónde estamos alojados nos tocará dar señas de GPS y no una dirección postal, ni siquiera el socorrido “s/n”. Para llegar a este delicado escondite hay que seguir un hermoso y delicado tortuoso camino. Siete kilómetros de encinas y toros, abubillas, abejarucos, cogujadas y cernícalos, que nos da una idea de lo que vamos a poder disfrutar de los espacios naturales de Sierra Morena. Turismo rural de lujo en estado puro.
Estamos en ese Jaén fresco de media sierra, en una finca entre encinas, que es el sueño de cualquier aficionado al mundo taurino. Maria Jesús, principal promotora del proyecto, se desvive por los pequeños detalles. El protagonismo lo lleva la gran casa, de mediados del XIX, con esa atmósfera de aristocracia rural. Una arquitectura sólida, contundente, y rica en ornamentos sencillos. Desde la piscina somos más conscientes del entorno en el que estamos. Los dueños tienen esa naturaleza franca y amable propia del campo. Están orgullosos de este lugar y se nota.
En el edificio principal, que es el que hace las veces de hotel, encontramos todo tipo de facilidades, restaurante, televisión, internet, piscina, e incluso una biblioteca. Pero, sin duda, lo mejor es la dehesa de 350 hectáreas. Situada en las laderas de Sierra Morena es un lugar perfecto para conocerlo a caballo. Todo esto unido al trabajo cotidiano de cada día. Mover una punta de vacas, un herradero o un día de vacunación son tareas tan frecuentes como cotidianas.
Actividades ecuestres
Además, el hotel ofrece todo tipo de actividades ecuestres y multitud de posibilidades relacionadas con la lidia y la cría del toro bravo, como visitas en 4×4 a la ganadería. Aquí el caballo no es un capricho, sino una necesidad.
Una vez aquí sería imperdonable no descubrir la magia natural de Sierra Morena y el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Dos parajes naturales únicos en los que se pueden realizar diversas caminatas practicando el senderismo. Principalmente destacable es la visita a Sierra Morena ya que el sector jienense es el más complicado, ya que está formado por fallas escalonadas que van independizando una serie de escalones de falla que desciende desde Sierra Morena hasta el Valle del Guadalquivir.
Este lugar tiene algo que atrapa, es algo en lo que coincidimos todos mientras nos sentamos entorno a una buena mesa y al calor que desprende la poderosa chimenea. El servicio de restauración hace el resto, servida por Ramona que nos sirve un pan que sabe a gloria, untado de aceites vírgenes.