El otoño es una de las estaciones más encantadoras del año, una época de transición en la que la naturaleza despliega un espectáculo único de colores. El fenómeno conocido como «momiji» en Japón, que significa «hojas rojas», se refiere a la transformación de las hojas de arces y otros árboles que pasan por una gama de colores, desde el amarillo hasta el rojo intenso. Aunque este fenómeno es particularmente famoso en Japón, muchos otros países y regiones, incluido España, ofrecen escenarios espectaculares para disfrutar de este fenómeno natural.
Japón: la cuna del «momiji»
Japón es, sin lugar a dudas, el país más asociado con el «momiji». Los japoneses han convertido la observación de las hojas de otoño en una tradición tan importante como la contemplación de los cerezos en primavera. Estos son algunos de los lugares más icónicos del país para disfrutar de los colores otoñales:
Con sus antiguos templos, jardines zen y colinas boscosas, Kioto ofrece algunos de los escenarios más emblemáticos para el «momiji». Los templos de Kiyomizu-dera y Tofuku-ji son famosos por la belleza de sus jardines en otoño.
Ubicado al norte de Tokio, el Parque Nacional de Nikko es un sitio Patrimonio de la Humanidad y hogar de uno de los paisajes otoñales más impresionantes de Japón. Los colores del momiji se reflejan en sus lagos y cascadas, creando una imagen perfecta.
Los alrededores del famoso Monte Fuji son también un lugar privilegiado para disfrutar del espectáculo otoñal, especialmente en la región de los Cinco Lagos de Fuji. El contraste entre el follaje rojo y naranja y el majestuoso monte es simplemente inolvidable.
España: belleza otoñal en casa
Aunque el «momiji» evoca imágenes lejanas de Japón, España también ofrece impresionantes escenarios otoñales. Las regiones montañosas, los bosques frondosos y los parques naturales se visten de gala en esta época del año, ofreciendo paisajes de ensueño para quienes buscan disfrutar de la transición estacional.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido de Aragón es uno de los mejores lugares en España para ver los colores del otoño. Los bosques de hayas, abedules y pinos se tiñen de tonos ocres y dorados, creando un paisaje espectacular.
El Bosque de Muniellos en Asturias es uno de los bosques mejor conservados de España y, en otoño, sus robles y castaños ofrecen un espectáculo de colores increíble. Además, su acceso restringido garantiza que la experiencia sea tranquila y natura
Uno de los hayedos más grandes y mejor conservados de Europa, la Selva de Irati en Navarra, se transforma en un mar de hojas doradas, ofreciendo rutas de senderismo ideales para disfrutar del paisaje.
En el corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, en Cataluña, los bosques caducifolios adquieren todos los tonos posibles del otoño. Este paisaje volcánico es único en España y un excelente lugar para perderse entre la naturaleza.
Canadá y Nueva Inglaterra: la magia de los bosques boreales
En el hemisferio occidental, Canadá y la región de Nueva Inglaterra en Estados Unidos son lugares legendarios para la observación de las hojas de otoño. Los vastos bosques de arces, robles y abedules ofrecen una sinfonía de colores que atrae a turistas de todo el mundo.
En las Montañas Rocosas de Canadá, el Parque Nacional de Banff combina la majestuosidad de sus picos nevados con el espectacular cambio de color de los árboles. Es un destino soñado para los amantes del senderismo en otoño.
El pequeño estado de Vermont, en Estados Unidos, es conocido por tener algunos de los mejores paisajes otoñales de Estados Unidos. Los caminos rurales están bordeados de árboles en pleno esplendor otoñal, y sus pintorescos pueblos completan el cuadro.
La provincia francófona de Quebec, en Canadá, es otro de los destinos predilectos en otoño. Los alrededores de Montreal y la región de Charlevoix ofrecen impresionantes vistas de los colores otoñales junto a ríos y montañas.
Europa: escenarios de ensueño para el otoño
Europa también tiene lugares extraordinarios para observar la transición de las hojas. En muchos países europeos, los bosques, parques y jardines se tiñen de dorado y rojo, atrayendo a amantes de la naturaleza y fotógrafos.
La Selva Negra (Alemania), es un icónico destino de la naturaleza que se vuelve aún más hermoso en otoño, cuando los bosques se llenan de vibrantes tonos naranjas y amarillos. Además, el contraste con las casas tradicionales y los tranquilos lagos hace que la experiencia sea mágica.
El Lago Como (Italia), rodeado de montañas, es un lugar espectacular para ver los colores otoñales reflejados en sus aguas. Los pequeños pueblos que bordean el lago añaden un toque pintoresco al paisaje.
Las cascadas y los lagos del Parque Nacional de Plitvice (Croacia), Patrimonio de la Humanidad, se tornan aún más impresionantes en otoño. El contraste entre el azul cristalino de sus aguas y los árboles en su máximo esplendor otoñal es una experiencia visual inigualable.