El último hotel de Castilla Termal llega a Castilla-La Mancha como el quinto establecimiento de un grupo que tiene sus otros hoteles-balneario en recintos históricos en Castilla-León y Cantabria. Ubicado dentro del edificio de Real Fábrica de Paños del s. XVIII de Brihuega,  es el segundo en categoría tras el Monasterio de Valbuena de la Ribera del Duero.

A tan solo una hora de Madrid y en plena Alcarria se encuentra este hotel, el último de Castilla Termal que en su corta andadura ya ha hecho historia. Y es que además de encontrarse en ese trozo manchego  al que muchos llaman el “Jardín de la Alcarria”, y otros, la Provenza española por sus cultivos de lavanda, goza de una mágica imponencia gracias a la misma estructura y estilo de los edificios que lo forman.  El hotel se erige dentro de un espectacular edificio, el de la Real Fábrica de Paños del s. XVIII, un claro ejemplo de la arquitectura industrial de la época cuya creación fue motivada por el interés de la monarquía borbónica en impulsar la industria y el comercio en España; y que estuvo en uso hasta 1936 produciendo uniformes militares y mantas para el ejército. Los jardines decimonónicos de influencia versallesca y sabor romántico dejan entrever el origen francés de los jardineros que los proyectaron con plazas circulares y fuentes de piedra de las que parten caminillos rectos dispuestos radialmente y todo esto, a su vez, definido por parterres de setos de bog recortado jalonados de farolas. Son también evocadores las palmeras, las jaulas de madera pintadas en verde con cubiertas de cinc “orientales”, el cenador tapizado de trepadoras verde o el mirador con barandilla de hierro. La reminiscencia árabe está presente a través de acequias y fuentes o los arcos formados por cipreses italianos que limitan el jardín hacia el barranco del río Tajuña, dándole perspectiva y proporcionándole un ambiente cerrado e íntimo.

Alta calidad y buen gusto

Las 78 habitaciones del hotel destacan por su buen gusto y por ese equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo que invade los espacios otorgando siempre el máximo confort. A ellas se suma el área de bienestar donde una acogedora piscina termal, un jacuzzi, una bellísima piscina exterior y 11 cabinas de tratamientos donde disfrutar de exclusivos masajes, duchas Vichy y rituales termales. En constante búsqueda de la excelencia, el equipo de Castilla Termal desarrolla en cada hotel protocolos específicos que se adaptan a la historia y las peculiaridades de la zona. De ahí que Castilla Termal Brihuega incluya en su oferta tratamientos especialmente diseñados con recursos autóctonos como la miel, la lavanda e incluso las telas, que juegan un papel esencial para conducir al visitante hacia un viaje sensitivo más que placentero.

Este hotel que ha sabido cautivar a topV!AJES dispone de un salón único, cálido y versátil, bañado de luz natural para celebrar eventos con capacidad hasta 200 personas. Este se ubica en la zona de la estructura original del edificio, lo que potencia el encanto para los visitantes y hace honor a uno de los principios de Castilla Termal al impulsar la rehabilitación de un patrimonio histórico.

Exaltación de lo tradicional

Ciertamente un destino como Brihuega aporta mucho al viajero, y desde Castilla Termal, conscientes de ello, reafirman su compromiso con la excelencia culinaria apostando una vez más por los productos artesanales de proximidad. Así, el espacio La Redonda, emerge como una valiosa joya debajo de esa gran cúpula que tanta identidad da al hotel. La Redonda es mucho más que un restaurante, es una experiencia sensorial que fusiona con maestría las tradiciones locales con la innovación gastronómica.

Aquí, cada plato es una oda a la frescura y autenticidad de los ingredientes de la región, seleccionados cuidadosamente para garantizar una experiencia gastronómica inolvidable. Desde los productos de kilómetro cero hasta las delicadas delicias de temporada, este restaurante se erige como un símbolo de calidad y refinamiento. El equipo de chefs, con su pasión por la cocina tradicional y su creatividad sin límites, ofrece un maridaje perfecto entre lo clásico y lo contemporáneo. Cada bocado es una obra maestra que celebra la riqueza culinaria de Castilla, elevando los sabores locales a nuevas alturas. En resumen, La Redonda es mucho más que un restaurante: es un viaje de sabores, aromas y emociones que cautiva a los paladares más exigentes.

Brihuega: mucho más que lavanda

La historia juega un papel determinante en este municipio alcarreño, que cuenta con un cuidado y hermoso patrimonio histórico y cultural que desde 1973 goza de la declaración de conjunto histórico-artístico y su Ayuntamiento, la Iglesia de San Simón y la propia Real Fábrica de Paños son Bienes de Interés Cultural (BIC).  A esos atractivos se suman otros como el Castillo de Peña Bermeja o las cuevas árabes datadas entre los siglos X y XI. De sus ocho kilómetros de extensión, en torno a 700 metros están abiertos a las visitas turísticas. Los huéspedes de Castilla Termal Brihuega podrán disfrutar de multitud y singulares museos, como el Museo de Historia Local, el Museo de Miniaturas del Profesor Max o el del Museo de la Miel de La Alcarria, muy próximo a Brihuega, así como la visita a localidades como Hita o Torija, que desbordan belleza e interés histórico y cultural, Y no olvides, que desde esta localidad podrás también realizar diferentes rutas entre las que destaca la de los Pueblos Negros de Guadalajara.

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