Después de experiencias pioneras de éxito, en 2025 nuevas compañías se sumarán al negocio de los vuelos espaciales. El turismo espacial ya está aquí. Los viajes no serán baratos, pero podrán ser contratados por todo aquél que abone al menos 150.000 euros sólo por llegar, en una cápsula o globo estratosférico, a entre 25 y 40 kilómetros de altitud y disfrutar del halo de la atmósfera de la Tierra. Las grandes empresas del turismo espacial se han dado cita en Les Roches Marbella en la cuarta edición del congreso SUTUS.

Explorar la Luna, Marte y Venus, descubrir cómo se construye la Estación Espacial Submarina más fascinante de la humanidad, saber cómo duermen los astronautas, ver imágenes exclusivas en ultra alta definición de la NASA o de las profundidades del océano, experimentar cómo es estar en la Estación Espacial Internacional… Todo esto ha sido posible en el congreso SUTUS 2023 que se acaba de celebrar en Les Roches Marbella y que ha reunido a los líderes mundiales del sector espacial y subacuático, que han adelantado cómo será, en poco tiempo, el turismo espacial y en las profundidades del mar.

Por ejemplo, el congreso SUTUS 2023 dio a conocer en primicia todos los detalles de la construcción de la Estación Espacial Comercial StarLab, a cargo del constructor aerospacial europeo Airbus y de la estadounidense Voyager Space. Se trata del posible relevo a la Estación Espacial Internacional, que lleva funcionando desde finales del siglo pasado y que será “desconectada” en 2030. Tiene previsto su lanzamiento en 2028 y pretende continuar con el liderazgo europeo y estadounidense en el espacio.

Hotel “español” con vistas a la Tierra

Uno de los grandes atractivos de SUTUS 23 fue conocer los avances del hotel espacial con vistas a la Tierra que prepara, para 2025, HALO Space. Esta compañía española está probando ya vuelos en una cápsula que llegaría a una altura de unos 40 kilómetros, una distancia suficiente para poder observar la curvatura de la Tierra. ¿El precio? En torno a los 150.000 euros. Y habrá facilidades logísticas, porque las estaciones para despegue estarán repartidas en los cuatro continentes.

Este tipo de vuelos “cercanos” son, lógicamente, mucho más baratos que los orbitales, que llegan a una distancia de la Tierra de 300 kilómetros y requieren una preparación especial de los tripulantes y el desembolso de cantidades superiores a los 50 millones de euros por pasajero. Y en el medio, los vuelos suborbitales, con capacidad para menos de 10 personas, que alcanzan una altura de 110 kilómetros sin entrar en órbita, y que tendrán precios por tripulante de entre 250.000 y 500.000 euros.

Reducir costes a corto plazo

Otro gran proyecto de turismo espacial viene de la mano de la compañía estadounidense Above Space, que pretende construir el primer alojamiento para turistas en el espacio en un futuro no muy lejano. Su “alma mater”, Tim Alatorre, dice que su meta es que en unos 10 años unas vacaciones en el espacio no cuesten más de 10.000 euros. Y es que, según ellos, reducir los costes debe ser uno de los objetivos de los ingenieros si queremos que el turismo espacial sea una realidad a medio plazo. Siempre, sin escatimar un solo céntimo en la seguridad y el confort de los usuarios.

El proyecto de Above Space pretende lanzar en 2025 y 2027 dos estaciones con gravedad artificial, lo que permitirá a los turistas tener una experiencia similar a la de un hotel en la Tierra, sin estar flotando. Se trata, respectivamente, de la estación Pioneer, con capacidad para 28 personas, y la estación Voyager, que podrá albergar hasta 400 personas y tendrá todas las comodidades de un hotel de lujo.

Se sabe que la estructura de la Estación Voyager, con forma de noria para simular la gravedad de la Tierra, tendrá 24 módulos conectados por un ascensor con el fin de disfrutar de la experiencia del espacio sin las incomodidades de la gravedad cero. En algunos lugares, como el gimnasio, la gravedad disminuida ayudará a niños y adultos a lograr hazañas deportivas, como saltos de varios metros de altura o levantar pesas mucho más pesadas que en la Tierra.

Objetivo: colonizar Venus

Guillermo Söhnlein, cofundador de Humans 2 Venus, está obsesionado con establecer una colonia humana permanente en la atmósfera de Venus para el año 2050: “Es un objetivo a largo plazo, pero en el corto plazo podríamos construir estaciones flotantes pequeñas en su atmósfera. Aunque Venus es inhóspito en su superficie, a unos 50 ó 60 kilómetros sobre su superficie, encontramos condiciones que se asemejan a las de la Tierra, incluyendo la gravedad. Y es que la gravedad es el problema más crítico que debemos superar al explorar otros mundos. En la Luna experimentamos alrededor del 17% de la gravedad terrestre y alrededor del 38% en Marte”.

La economía espacial

En SUTUS 23 ha quedado claro que el turismo espacial se halla en su momento más dulce y prometedor. Pascale Ehrenfreund, presidenta de la Universidad Internacional del Espacio y de los pocos seres humanos que tiene un asteroide con su nombre, afirmó en Marbella que “la industria espacial necesitará bastante mano de obra altamente cualificada para 2030. Y no solamente ingenieros”. Sólo en 2022, la economía espacial tuvo un valor de 546.000 millones de dólares, lo que significa que hay muchas oportunidades laborales para las jóvenes generaciones en este sector.

Del cielo al fondo del mar

Y del cielo a las profundidades del mar. La tragedia del submarino Titán, en la que perdieron la vida cinco personas cuando intentaban llegar a los restos del Titánic, sobrevoló en SUTUS 23 mientras se sucedían las ponencias que tenían que ver con el turismo submarino extremo. “Lo ocurrido es fruto de una trampa provocada por las personas que comienzan a creer en su propia publicidad”, aseguró Rob MacCallum, fundador de EYOS Expeditions, que organiza alrededor de 80 expediciones privadas cada año a lugares remotos, desafiantes y complejos.

Con el nieto de Jacques Costeau

Fabien Cousteau, nieto mayor del legendario explorador francés Jacques Cousteau y fundador de Proteus Ocean Group, reveló los últimos detalles de su Estación Espacial de los Océanos (Proteus), que pronto será una realidad, y tuvo palabras para el suceso ocurrido con el batiscafo Titán: “Éste es un entorno extremo y existen riesgos, pero esos riesgos no deben ser nunca asumidos por los ciudadanos o turistas, y menos en plataformas que son experimentales”.

En cuanto a Proteus, avanzó que la gran plataforma submarina estará sumergida en las aguas caribeñas de Curaçao, a 20 ó 25 metros de profundidad, y que científicos y turistas podrán empezar a visitarla en 2027. Además, dijo, contará con un estudio de retransmisión en directo de última generación, como Hollywood, para llegar a cualquier persona en el mundo las 24 horas del día y compartir con ellos lo que está sucediendo en tiempo real. Podrán residir en ella 12 personas durante periodos de tiempo mucho más largos de lo que nunca antes se había hecho en una base bajo el mar.

La arqueóloga subacuática Lola Higueras, considerada “la Indiana Jones de los mares”, tiene más de 2.000 naufragios documentados y habló, en SUTUS 23, de la posibilidad de abrir nuevos proyectos turísticos vinculados a los pecios hundidos: “Sería muy interesante, ya que hay muchos barcos hundidos en las costas españolas. El problema es la falta de financiación”, dijo.

¿Y si nadamos con tiburones tigre?

El aventurero Karlos Simón, fundador de Karlos Simón Viajes y Expediciones, contó en Marbella en qué consisten los viajes exclusivos que realiza su agencia, siempre con él como acompañante e instructor. Se ciñó sobre todo a las inmersiones para bucear de manera extrema con tiburones tigre de 5 metros de longitud, en un lugar tan exclusivo como puede ser Bahamas.

Karlos Simón explicó que no hay que tener miedo a bañarse con escualos, ya que “de las 500 especies diferentes que existen, sólo 8 pueden ser peligrosas, pero no por los tiburones, sino por los propios humanos que pueden generar situaciones conflictivas”.

¿Qué ofrece su agencia? “Un barco, una tripulación, un operador de cámara y yo. Sólo para ti. Son cinco o seis días de viaje que se dividen en tres fases: observación, entrenamiento e interacción con los tiburones tigre. Y si quieres prorrogar tu estancia, visitaremos tiburones martillo gigantes, con sus enormes cabezas de hasta 1 metro de largo tocando tu pecho”. Una experiencia turística única y fascinante cuyo precio puede variar entre los 80.000 y los 100.000 euros.
Y es que, en el siglo XXI, el turismo de lujo se mide por la exclusividad y la experiencia. Así lo cree Carlos Díez de la Lastra, director general de Les Roches, la escuela de alta dirección hotelera responsable de esta cumbre internacional que se ha desarrollado en Marbella bajo el lema “Más allá de las fronteras naturales”.

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